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EL VIDEO CHAT ERÓTICO: UN NEGOCIO GLOBAL Y UN PRODUCTO DE EXPORTACIÓN



Por María Camila Palacio

“Los países en desarrollo no son el "target" de este negocio; en América Latina la prostitución es muy barata, entonces no se justifica ingresar a internet a gastar mucho dinero si casi por lo mismo tienes un servicio en vivo y en directo.”- Dice Pirata Morgan, pseudónimo que utiliza uno de los principales empresarios de video chat erótico en Colombia en una entrevista hecha en su territorio: el video chat.


​Varias personas desde Amsterdam, Lima y Oslo ven desde sus computadores un mismo show que por ahora apenas ha dejado ver un hombro y una esbelta cadera. De pronto una de las personas paga cierto crédito. El show se termina para los demás y él es el único que ahora disfruta de un desnudo. A este negocio se dedica Pirata Morgan, personaje misterioso que se rehúsa a utilizar su verdadero nombre para dar esta entrevista, pues la industria adulta en Colombia es objeto de censura social. Y es que, a pesar de que existen aproximadamente 1000 negocios de video chat erótico en el país, funcionan de manera clandestina y son parte de un mundo hermético al que es difícil acceder. Sin embargo, es sin duda un negocio próspero, que según Morgan: “Es una competencia perfecta, mejor que Wall Street: toda oferta genera su demanda, y toda demanda tiene su oferta. Hay para todos los gustos, literalmente.” La demanda en el exterior es tan grande que hace tres años este empresario empezó con un pequeño estudio de 4 computadores, y ahora tiene 40 máquinas en varias sedes en Bogotá, aunque el negocio, como cualquier otro, también obedezca a los ciclos económicos pues al no ser un producto de primera necesidad, su demanda disminuye en tiempos de crisis.

 

¿Cómo acceder a este servicio? Si se vive en ciudades de Europa es muy sencillo, pues  en cualquier cigarrería es posible comprar tarjetas prepago para el consumo en este tipo de páginas. Sin embargo, no en todos los países se consiguen, por lo cual, también es posible acceder comprando minutos con cargo a la tarjeta de crédito o a la cuenta de teléfono. En Colombia sólo se puede por medio de la tarjeta de crédito, pero resulta más razonable seguir los consejos de este pirata y aprovechar las tarifas que se ofrecen en el país para un servicio en vivo y en directo.

Su empresa exporta contenidos para la página www.webcams.com, plataforma internacional en la cual se despliegan contenidos eróticos producidos en diferentes partes del mundo. Así, en el negocio intervienen cinco actores: la plataforma o página web, el agente recaudador (Paypal), el estudio, del cual Morgan es el productor, los anfitriones (así se les llama a las personas que trabajan en las cabinas), y por supuesto, el cliente.


El estudio de Morgan se encarga de conseguir anfitriones, individuales o grupales, para satisfacer la demanda internacional con ofertas de todo tipo: “mujeres solas, hombres solos… hombre con hombre, mujer con mujer y así en el sentido contrario y viceversa, travestis, transgeneristas, e incluso, mujeres embarazadas, pero las más populares son las mujeres solas” y con estos anfitriones de todos los tamaños y colores, Morgan se encarga de montar unas cabinas-set para los anfitriones, pues de ahí en adelante, son ellos quienes se encargan de atraer a los clientes: “Las cabinas no tienen temáticas, eso no depende de mí sino del anfitrión. Cada persona lleva su propia temática. Yo debo poner fondos genéricos de manera que cualquiera pueda acomodarse. Aunque disponemos de ciertos dispositivos que permiten acomodar cada cabina para satisfacer la diversidad de gustos: tubos, gachos, tornillos que permiten colgar cortinas, adornos, cuadros para que cada persona lo acondicione de acuerdo con su intención.” 


La siguiente parte del negocio es la relación entre clientes y anfitriones. Cuando el cliente ingresa a la página puede chatear con los anfitriones, pero si no tiene minutos (crédito), no puede pasar a la "zona privada" que es donde son permitidos los desnudos. Eso significa que los anfitriones, siempre deben estar vestidos hasta que empiece un "show privado”, pues esto obedece a la regulación internacional que está orientada a evitar el acceso de menores a estos contenidos. Al empezar el show privado inicia la relación cliente-anfitrión que puede pasar a niveles cada vez más candentes. Es curioso pensar que si varias personas pagan por el mismo show todas estarán interactuando con el anfitrión, pero esto puede no ser tan excitante para algunos clientes.  Cuando sucede esto, se puede pedir un show totalmente privado, llamado “peer to peer”, y se debe pagar una tarifa más alta.

 

La página presenta una galería de fotos de los anfitriones disponibles. Sin embargo, los clientes colombianos no tienen acceso a contenidos producidos desde el estudio de Pirata Morgan, pues los anfitriones también pueden estar sujetos a la censura social. Éste no es un sitio para hacer citas pues no es posible ver a los anfitriones por fuera de la web. Es más, el sitio tiene estrictas reglas: durante la transmisión no se puede comer, hablar por teléfono, ausentarse de la transmisión, o suministrar datos personales. Morgan comenta al respecto: “Controlar el cumplimiento de estas normas no es fácil porque hay muchas personas trabajando y no se puede vigilar a todo el mundo todo el tiempo.  Entonces, cuando se comenten tales infracciones, el sitio es penalizado con multas que se trasladan al anfitrión infractor(…) El único actor del negocio que conoce la identidad de los clientes es Paypal pues está obligado a identificar plenamente al comprador para evitar el fraude, y a mantener estricta confidencialidad sobre las características de la transacción” Eso sí, está permitido que los clientes “den cámara” para transmitir su imagen al computador del anfitrión, pero esta decisión es potestativa del cliente.


Así, el secreto de anfitriones anónimos y de un director del que no se sabe ni el nombre termina. Ahora sólo se ve un apagón del computador de Morgan al otro lado de la pantalla.

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