Cada semana, bellas modelos engalanan la revista Soho y atontan a los los hombres que la leen ¿Esto es Arte? ¿Pornografía? Desde la perspectiva del editor general de la revista Soho se pretende aclarar la polémica que crean las fotografías de estas modelos desnudas.

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Soho genera amores y odios en el imaginario de la gente por lo directo de su lenguaje y explícito de sus fotografías. Polémica o no, Soho tiene un éxito rotundo como medio de comunicación y es una de las revistas con el mayor número de suscriptores y lectores del país. Uno de los debates más relevantes en torno a la revista, es el límite existente entre el arte y la pornografía. El espectador cataloga a la revista como artística, sensual, sexual, erótica e incluso pornográfica. Pero, ¿cómo catalogan la revista sus propios productores?

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A continuación se presenta la entrevista con Diego Garzón, editor general de la revista Soho y amigo cercano de Daniel Samper Ospina, dueño y director de la revista.Garzón, estudió comunicación social y periodismo, en la Universidad Javeriana. Ha ocupado cargos como periodista cultural de la Revista Semana y editor general de Plan B. También, escribió el exitoso libro: “Otras voces, otro arte” publicado por la Editorial Planeta. Además, trabaja en Soho desde hace seis años, de los catorce que lleva la revista en circulación, por lo que conoce a la perfección su historia, origen y situación actual.

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Mónica Restrepo: ¿La revista sería tan comercial si no tuviera mujeres semidesnudas en la portada?​

 

Diego Garzón: Obviamente la revista es muy comercial por las mujeres en la portada, pero ese es apenas el punto de entrada para los lectores. Soho tiene un contenido muy fuerte, con grandes firmas y escritores colombianos como Jorge Franco, Mario Mendoza, Santiago Gamboa, personajes latinoamericanos como Serrat o Sabina que no sólo escriben muy bien sino que se vincularon a la revista. Entonces, no son sólo las modelos pues hay muchos medios para encontrar mujeres semidesnudas sin necesidad de comprar Soho. El éxito real es que además de las modelos, la revista tiene enfoques originales y firmas importantes.

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M.R.: ¿Hay un pequeño límite entre el desnudo pornográfico y el desnudo artístico, cual es el perfil fotográfico de Soho?​

 

D.G.: La mirada pornográfica ésta desde el enfoque de quien la mira. Siempre que se genera este debate, sobre ¿qué es pornografía?, no hay una palabra, no hay un estudio, ni una sentencia de la Corte, ni un autor, que diga lo que es, simplemente es algo subjetivo. Puede que a alguien una mujer en vestido de baño le parezca más excitante que una desnuda. Como en el tema del arte, habrá gente que se excita con la venus de Milo o la Maja Desnuda de Goya pero se escudan en que como lo hizo una artista no es porno y pues si lo vemos así nuestros fotógrafos también son artistas. De hecho, el arte ya tiene cabida en muchas manifestaciones. Además, el perfil de Soho ya ha sido aceptado, antes un ‘topless’ era un escándalo, ahora ya nadie lo ve mal. Esos golpes de opinión han sido aceptados socialmente. Soho maneja una puesta en escena que de alguna manera si es artística por que manejamos una estética, si l<a gente lo ve de una manera pornográfica o artística, sensual o erótica eso va en la mirada de cada quien, pero a mi juicio no somos una revista pornográfica.

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M.R.: Soho tiene artículos excelentes. ¿Considera usted que estos se pierden debido a las modelos?​

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D.G.: No creo. Como te decía ahora, hay público para todo, existe gente que si compra por los artículos y de hecho muchas personas escriben a Soho postulándose como posibles escritores (gente que no es periodista), porque se empiezan a identificar con las propuestas de la revista y esto ratifica lo que te digo, la visibilidad son las mujeres pero detrás hay muchos más.

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M.R.: ¿Por qué cree que muchas mujeres quieren salir en Soho?​

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D.G.: La gente cree que las modelos están sentadas cruzadas de brazos esperando para posar en la revista, pero tampoco es así. No es que yo diga vamos a sacar a Paola Turbay y se haga la sesión a la semana. Esto es un proceso de convencerlas, de acordar hasta dónde va el desnudo. A veces, se aplazan portadas varios meses por esto. Hay otras mujeres que saben lo importante que es para su carrera y lo importante que es salir ahí. Hay mujeres que lo hacen por simple vanidad o porque es una plataforma importante. Ya el desnudo no es tabú, muchas mujeres escriben y se postulan para hacerlo.

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M.R.: A su juicio, ¿Es Soho pornografía o arte?​

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D.G.: Yo creo que Soho no es pornografía, porque no hay motivos para pensarlo así. Yo como lector antes de entrar a Soho leía la revista y no la veía como pornografía, tan es así que tú llegas a varias casas colombianas y la revista está sobre el comedor. Es algo que no es prohibido, no es como si tuvieras una revista triple x que deberías esconder debajo de la cama, porque tiene viejas haciendo quién sabe qué cosas. Soho no, porque valga el cliché, el desnudo de Soho es artístico de alguna manera, es el desnudo de una mujer y no hay que meterle tanto misterio a eso. El erotismo o la pornografía llega desde quien lo mire, eso es subjetivo.

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M.R.: ¿Qué piensa usted de la mujer tomada como objeto o producto?

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D.G.: Quiero dejar claro que la mujer no es tomada como objeto, nadie obliga a ninguna, salen porque quieren. No me parece que deban decir eso, que si vendemos más por esa razón, es como decirles a los noticieros que por mostrar más muertos venden más. Eso es algo muy abstracto y difícil de debatir, me parece sin fundamento porque ellas toman la decisión de salir, nadie las obliga. Ellas dicen qué muestran y qué no muestran. Se hace un dialogo incluso para escoger la locación de las fotos, dicen qué foto les gusta y cuál no. Las mujeres se sienten cómodas con Soho.